miércoles, 25 de enero de 2017

Consejos de alimentación en el paciente de Alzheimer

alimentacion-en-el-alzheimerLos pacientes mayores deben ingerir todos los nutrientes, minerales y vitaminas necesarios y adecuados para su edad, peso, talla y condición clínica. Es bien conocido que la desnutrición se asocia a un incremento del deterioro funcional y de la fragilidad.
Las recomendaciones de ingestas para las personas mayores incluyen: féculas, de cuatro a seis raciones al día; verduras, hortalizas, frutas y lácteos, entre dos y tres raciones al día; carnes, pescados y huevos, dos raciones al día, y por supuesto, agua en cada comida. Las legumbres, fuente de féculas y proteínas, han de administrarse dos veces por semana. Debemos moderar el consumo de aceites, azúcares refinados y dulces, y evitar el alcohol.
Sin embargo, los pacientes con enfermedad de Alzheimer pueden tener diversos problemas para conseguir alimentarse correctamente. Existen múltiples causas que además suelen coexistir, como son: alteraciones en la salivación o masticación, dificultad para comer, atragantamiento, falta de apetito, alteración de los olores, del gusto o el estreñimiento. Todos ellos dificultan las ingestas y fomentan el deterioro funcional. Además, con frecuencia, si el paciente está agitado y deambula continuamente es posible que requiera un incremento de nutrientes.
Existen muchas recomendaciones para mantener un correcto estado nutricional, entre las que destacan las siguientes:
  1. Mantener la costumbre mediterránea de socializar las comidas, sin aislar al paciente de Alzheimer, preservando el placer del comer acompañados.
  2. Es importante mantener el hábito de comer y los horarios y procurar repartir todos los requerimientos en 4 ingestas al día, desayuno, comida, merienda y cena.
  3. Siempre que médicamente sea posible, vale la pena respetar los gustos culinarios anteriores a la enfermedad de Alzheimer.
  4. Para promover el apetito, las cocciones y presentaciones han de ser variadas.
  5. Si el riesgo de atragantamiento es importante, debemos cortar la comida en trozos muy pequeños o emplear texturas suaves como puré, usando si es preciso espesantes y gelatinas. También se recomienda no mezclar diferentes texturas en un mismo plato.
  6. El agua es un elemento esencial; se recomienda beber al menos 1,5 litros al día. Si hay riesgo de atragantamiento, administrarla con espesantes o gelatinas y cuando el paciente esté despierto y alerta.
  7. Utilizar preparados y alimentos ricos en energía. A veces la utilización de suplementos o preparados comerciales de alta densidad calórica puede ser una ayuda en los pacientes con poca hambre.
  8. Controlar el peso de los pacientes. Una pérdida no deseada del peso indica un desajuste nutricional y cuando aparece es el momento de analizar y preguntarse dónde está el desajuste, buscando diferentes soluciones.
  9. Ayudar a comer de manera segura, promoviendo dentro de lo posible la autonomía del paciente. Hay que retirar del alcance del paciente utensilios cortantes o alimentos muy calientes.
  10. Finalmente, es esencial controlar y evitar el estreñimiento. El estreñimiento es una causa importante de disconfort, anorexia y confusión. A veces, manteniendo la movilidad junto con una ingesta adecuada de agua y de fibra puede ser suficiente. En algunas ocasiones se requiere el uso de laxantes y enemas.
En conclusión, es todo un reto conseguir que los pacientes con enfermedad de Alzheimer mantengan un estado nutricional correcto, y para ello es importante adaptarse a la situación personal y clínica de cada uno de ellos.
Tomado de : http://knowalzheimer.com/consejos-alimentacion-paciente-enfermedad-alzheimer/

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